LA TUMBA

Nombre del proyecto:

LA TUMBA

Nombre del creador:

JULEN IBARBURU ANTÓN

País: ESPAÑA

Temática: HISTORIA DE LA MEDICINA

Plataformas y enlaces: INSTAGRAM FACEBOOK

Mi interés por la divulgación surge desde el propio inicio de mi carrera investigadora. La trayectoria de un historiador es compleja en estos tiempos. Plagada de congresos, seminarios y el peso de las publicaciones investigar puede llegar a convertirse en una auténtica gesta, todo ello sin contar vivir la vida misma, como bien señaló Jenkins. Cualquiera que ha pasado por los ritos de paso de la Academia comprende lo extraño y, en ocasiones, absurdo de nuestra actividad, ¿quién no ha preparado durante meses, si no años, una investigación para exponerla ante 3 personas en una ciudad a 500 km de su casa? El esfuerzo volcado en investigar debe verse igualmente correspondido por la difusión a la sociedad general de nuestra labor. Es nuestra carga.

En este sentido, en el mediodía de mi doctorado decidí desarrollar unas jornadas de difusión de la Historia en la Universidad de Granada, "El pasado en las calles", dirigidas a alumnos de Grado y Máster, así como a cualquier ciudadano que le interesara. Los temas tratados tenían un marcado carácter social que giraban en torno a la representación y comprensión de la Historia por la ciudadanía. Los invitados iban en esta línea; recuerdo así con especial cariño al dibujante Juanfran Cabrera, ilustrador del cómic Los caballeros de la orden de Toledo. No obstante, a través de sus dos ediciones pude notar que el público era en exceso especializado. Era un experimento interesante y que los alumnos de grado valoraron positivamente, pero no conseguíamos salir de las aulas.

De forma paralela a mi trayectoria investigadora desempeño desde hace varios años el oficio de ilustrador y tatuador. Un proyecto que parte de la iconografía medieval y moderna para abordar los sentires y experiencias del público actual. Santos, vírgenes e hidalgos conviven con danzas de la muerte y tensiones de la vida líquida. En este sentido, me percaté que a través de esta plataforma podía llegar a un público mucho más amplio y diverso que el académico. De esta forma desde la cuenta de instagram "La Tumba" comencé a alternar el contenido histórico artístico con aquel más divulgativo, difundiendo con frecuencia a través de las "stories" pequeñas píldoras de mis investigaciones. La lógica de este sistema es perfecta, cómoda de ver para el espectador y con la cantidad justa de información que no aturda al lector, pero, a la vez, con la suficiente flexibilidad para incluir todos los datos que precisara el tema, acompañados de imágenes, música y demás recursos visuales.

La metodología que uso en mis explicaciones es simple: parto de una pregunta (ej: ¿os habéis sentido melancólicos últimamente?) para comenzar a tratar el tema (definición, causas, consecuencias), una conclusión final y bibliografía recomendada. Los temas tratados están estrechamente relacionados con mis investigaciones y otorgan un carácter práctico —y motivador— a estas. Así, la Historia de la medicina y la Historia cultural en la Edad Moderna se han convertido en las dos ramas más populares vertidas en mis stories. Para ello ha sido necesario deconstruir mi lenguaje, deshacerme de los tecnicismos y aparatajes lingüísticos tan populares en la Academia para adoptar un vocabulario de la calle. Al fin y al cabo, si no puedes explicar a tu abuela o tu amigo tu investigación, posiblemente esta no tenga mucho sentido.

Las reacciones son muy positivas. El público que sigue mi cuenta es variado, fundamentalmente jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 30 años. Muchos de ellos están cursando estudios de grado relacionados con la Historia o la Arqueología, pero muchos otros proceden de ámbitos laborales o educativos ajenos al mundo universitario. En principio, una cuenta de Instagram dedicada al tatuaje no parece que atraiga a un público especialmente interesado por unas ramas tan poco usuales de la Historia, no obstante, esta paradoja quizá sea una de las razones del éxito de las stories. Alumbrar espacios culturales de nuestro pasado a un público alejado de los repositorios de artículos y la ANECA es una de las labores que, como historiador y persona, más satisfactorias me han resultado.