MESA 8. CONFLICTO POLÍTICO Y EMOCIONES

La incidencia del giro afectivo en el estudio de los procesos políticos (desbordando la Historia Política tradicional e idealista) ha producido un repertorio conceptual controvertido, pero también innovador. Así, los historiadores favorables a superar en este sentido la Historia Social clásica, la Sociocultural y las corrientes del giro lingüístico proponen que no son la realidad material ni su significación cultural o discursiva la fuerza motriz de los procesos históricos. Esta descansaría, contrariamente, en la emocionalidad, discriminada en los estudios históricos hasta décadas recientes, quizá por el temor a las implicaciones políticas de esa irracionalidad, según Sara Hidalgo. Sin embargo, no deja aquella de ser una dimensión tan necesaria como la razón para la explicación de las acciones humanas. Partiendo de esa base, William Reddy elaboró un modelo teórico basado en las categorías de emoción propiamente dicha (el nivel preconsciente), emotive (la significación discursiva, en un contexto determinado, de la anterior, en la cual puede influir) y régimen emocional, el conjunto de los emotives expresados como prácticas destinadas al sostén de un sistema político. Este, para perpetuarse, debe ser coherente con las instancias de que emana y con las alteraciones de las mismas. 

Con esas premisas, esta mesa acoge todas las propuestas que, desde teorizaciones afines a las del giro afectivo (el citado Reddy, Randal Collins, Deborah Gould…), desarrollen reflexiones generales y/o estudios de caso sobre el papel de la emocionalidad en los procesos políticos, partiendo de una perspectiva desde abajo. Es decir, una en la que un cúmulo de individuos subordinados dentro de una relación jerárquica logren significar las emociones que esa situación les genera como emotives y movilizar estos contra un régimen emocional y/o por la creación de uno propio. No obstante y, por supuesto, se admitirán también trabajos que, provenientes lo mismo de la Historia propiamente dicha que de la del Arte o de la Música, estén basados en paradigmas alternativos o críticos con el descrito, por considerar que resultan más