MESA 4. EMOCIONES Y CULTURA AUDIOVISUAL

Hablar hoy en día de cultura audiovisual implica hablar de una era digital —la nuestra— en la que imagen y audio protagonizan o consumen gran parte de la cotidianeidad de cualquier individuo con acceso a tales recursos. Y, además, vincularlo al estudio de los afectos y emociones supone un paso más, intrínseco y casi inevitable, al propio producto u obra audiovisual. Sin duda, el cine apareció en esta rama concreta de estudio como principal vehículo de mencionadas emociones y el análisis de las mismas evidencia la alta relevancia de ello en este campo. Pero pronto, y a medida que avanzamos en el siglo XX, al recurso fílmico se sumaron nuevas disciplinas (televisión, vídeo, videoarte, videoclip, videojuegos, etc.) que, de igual forma, fueron —y son— capaces de aunar visiones desde esta perspectiva emocional. La eclosión de Internet a comienzos de la década de los 90 no hizo sino aumentar estos productos de consumo y este “mundo de pasiones” se sumó a lo que actualmente, como bien entendió Gilles Lipovetsky, aparece como esa suerte de “pantalla global” en la que imagen-sonido es eje base de nuestro devenir diario.

Así pues, el objetivo de esta mesa versará sobre todas las posibles vinculaciones entre la cultura audiovisual y el estudio historiográfico de las emociones. También sobre los cambios o mutaciones producidos en la representación de estas a lo largo del tiempo y en función del medio seleccionado, siendo el audiovisual fiel reflejo de determinados sentimientos como espejo de la sociedad actual. Se tratará de recoger en ella estudios que intenten dar respuesta a cuestiones en las que el cine, el videoarte, el videoclip, la videodanza, videojuego, el consumo audiovisual en redes sociales o internet, el vídeo doméstico, el documental y una infinidad de propuestas de carácter audiovisual más, sirvan de ejemplo o se sitúen como paradigma de lo emocional, del análisis de los afectos y de las posibles vertientes que de ello puedan derivar.